lunes, 17 de junio de 2013

Carta de apoyo a campaña contra antena

Rafael Delgado, Veracruz a 18 de diciembre de 2012

C. Lorenzo de Jesús Teodoro
Comisario Ejidal del Núcleo Agrario “San Juan del Río”
P R E S E N T E

C. Armando Joel Trinidad Quirino
Presidente Municipal de Rafael Delgado, Veracruz
P R E S E N T E

Lic. Javier Duarte de Ochoa
Gobernador del Estado de Veracruz-Llave
 P R E S E N T E


Los abajo firmantes, médicos, enfermeros, y demás profesionales de la salud, queremos expresar nuestra profunda preocupación acerca del riesgo a la salud de los habitantes del ejido de San Juan del Río ubicado en el municipio de Rafael Delgado, Veracruz, ante la instalación y posible activación de una antena de telefonía celular en dicho territorio ejidal, por parte de la compañía MATC Digital S. de R.L. De C.V., para beneficio de la empresa TELCEL, del grupo CARSO, cuyo principal accionista y director es el C. Carlos Slim Helú. Desde el año 2010, esta empresa ha buscado instalar dicha antena precisamente en medio de terrenos ejidales, zona habitada por hombres, mujeres y niños, rica en su flora y fauna, utilizada para la siembra y cosecha de productos agrícolas que sostienen el modo de vida campesino y mayoritariamente indígena de los pobladores. Desde este año, las y los afectados han expresado abiertamente su oposición a dicho proyecto, debido a la preocupación sobre los impactos negativos de dicha antena en la salud y bienestar de los campesinos que habitan la zona, quienes han incluso votado en asamblea el rechazo a este proyecto. Una de sus mayores preocupaciones estriba precisamente en los efectos de la radiación electromagnética que supone una antena de telefonía celular.
Como profesionales de la salud queremos señalar que efectivamente la preocupación de los campesinos, con respecto a los impactos de la antena en su salud, está fundada en razonamientos bien fundados y legítimos. Si bien es cierto que los reglamentos y estándares internacionales acerca de la radiación tienden a enfocarse únicamente en los efectos termales de ella –suponiendo un riesgo nulo para la salud en el caso de tipos de radiación que no producen energía térmica– esta suposición no sólo es aventurada sino errada, en tanto que la evidencia presentada en estudios a nivel internacional ha demostrado la presencia de efectos adversos clínicos y bioquímicos causados por radiación no ionizante y no térmica. A la fecha se han realizado siete estudios epidemiológicos en el mundo acerca de poblaciones viviendo en cercanía a antenas de telefonía celular. En un estudio alemán1, se demostró que la población viviendo en un radio de 400m de proximidad en relación a la antena tiene un riesgo de desarrollar cáncer tres veces mayor que personas viviendo fuera de esa zona.
Además de la incidencia elevada de neoplasias, el fenómeno de electrohipersensibilidad (EHS por sus siglas en ingles) en personas expuestas de forma continua a antenas de telefonía celular puede causar algunos de los siguientes efectos clínicos: debilidad, fatiga, cefalea, problemas para la concentración, depresión, pérdida de memoria, irritabilidad, problemas dermatológicos, mareo y problemas cardiovasculares. La Organización Mundial de Salud (OMS) ha reconocido el EHS oficialmente como “un fenómeno en el cual los individuos demuestran efectos adversos en la salud durante el uso o al estar en proximidad de aparatos emitiendo campos eléctricos, magnéticos o electromagnéticos. Cual sea su causa, el EHS es real y a veces resulta ser un problema debilitante para las personas afectadas. Su exposición generalmente es muy por debajo de los limites en los estándares internacionalmente aceptados”2. Los efectos bioquímicos y estructurales que se han demostrado como consecuencia de ese radiación incluyen: rupturas de ADN, reproducción de ADN disminuida, aumento en la permeabilidad de la barrera hemato-encefalica, alteraciones en el flujo de calcio transmembrana y cambios en actividad enzimática.
Con base en la evidencia actual que demuestra los efectos adversos establecidos y otros que requieren mayor estudio, varias organizaciones mundiales han denunciado el establecimiento de antenas de telefonía en proximidad a poblaciones humanas. Dentro de ellas, en el 2004, la Asociación Internacional de Bomberos (IAFF) emitió una declaración3 en oposición al uso de estaciones de bomberos como bases para antenas y torres de telefonía celular por los resultados de un estudio que demostró actividad cerebral anormal en bomberos de California con menos de 5 años de trabajo en una estación con antenas de telefonía en su techo. Además, los bomberos demostraron confusión, amnesia, migrañas, insomnio, infertilidad, depresión, temblor y vértigo. Los cambios en la actividad cerebral se demostraron por estudios de SPECT y no se pudieron explicar por exposición a otras sustancias químicas. 
 
En ciudades como Vancouver en Canadá y Los Ángeles y Palm Beach en los Estados Unidos, se ha prohibido la localización de antenas de telefonía en proximidad a las escuelas por mayor preocupación acerca de los efectos adversos en niños. Así mismo más de 3000 médicos han firmado el FREIBURGER APPEAL4 del 2002, denunciando los efectos adversos de antenas de telefonía celular, con base en observaciones a sus pacientes. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) informó a su vez en un comunicado de mayo del 2011 que las emisiones de torres de telefonía son “posiblemente cancerígenas” y la misma OMS recomienda que no se deben de instalar dentro de un radio de 500 metros de distancia en zonas de vivienda y convivencia humana. 
 
A nivel nacional, el establecimiento de la antena de telefonía celular en el territorio de los ejidatarios de San Juan del Rio representa una clara violación del Artículo 4 de la Carta Magna, el cual declara que toda persona tiene derecho a la salud y un medio ambiente adecuado para para su desarrollo y bienestar.
En pleno acuerdo con la definición de salud establecida por la OMS (“el estado de bienestar físico, mental y social completo y no solo la ausencia de enfermedad”) apoyamos las demandas de los afectados de San Juan del Rio, Veracruz, en su rechazo a la instalación y funcionamiento de la antena de telefonía celular de las empresas MATC Digital y TELCEL, en proximidad a su territorio ya que dicha antena representa un riesgo real para su salud. Exigimos junto con ellos a las autoridades municipales de Rafael Delgado, y a los gobiernos estatales y federales que cumplan con las estipulaciones de la constitución mexicana y las normas internacionales en materia de salud y derechos indígenas, y por lo mismo, respondan favorablemente a las demandas de los afectados.

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1Eger, H. et al. 2004. The Influence of Being Physically Near to a Cell Phone Transmission Mast on the Incidence of Cancer. Umwelt Medizin Gesellschaft 17,4. as: 'Einfluss der räunlichen Nähe von Mobilfunksendeanlagen auf die Krebsinzidenz'.
2Mild, KH et al. (Editors) 2004. Electromagnetic Hypersensitivity. WHO, Proceedings, International Workshop on EMF Hypersensitivity, Prague, Czech Republic. October 25-27.
3IAFF. 2005. Position on the Health Effects from Radio Frequency/Microwave (RF/MW) Raditation in Fire Department Facilities from Base Stations for Antennas and Towers for the Conduction of Cell Phone Transmissions. International Association of Fire Fighters, Division of Occupational Health, Safety and Medicine. Http://www.iaff.org/HS/Resi/CellTowerFinal.htm
4Freiburger Appeal 2002. Interdisziplina re Gesellschaft fur Umweltmedizin e. V.9. October 2002.




















Boletín de Prensa

 BOLETÍN DE PRENSA
Unidad, justicia, derechos, leyes, tierra, libertad y respeto

A los medios de comunicación, a las organizaciones sociales defensoras del medio ambiente y todas las redes sociales,
 
Los campesinos ejidatarios inconformes de la comunidad de San Isidro, Ejido de San Juan del Río, Municipio de Rafael Delgado rechazamos la instalación y activación de la antena de telefonía celular: exigimos de manera categórica e inmediata el desmantelamiento y el retiro en su totalidad de la torre y antena de telefonía de la empresa MATC DIGITAL S. de R.L de C.V., subsidiaria de la empresa American Tower Corporation.
 
Hoy estamos a unos cuantos meses de cumplir 5 años en que hemos estado luchando y exigiendo a las autoridades ejidales y municipales, para ser escuchados, y que sean respetados nuestros derechos.
Para ser exactos, el 19 de octubre del 2008, arribaron unos desconocidos al ejido, diciendo ser empresarios y llegaron a las instalaciones de nuestra casa del campesino, sin aviso previo, al momento que se estaba llevando una asamblea ejidal ordinaria. Tomados por sorpresa los presentes y así en su nula explicación del comisariado ejidal el C. José Emeterio Martínez y su comitiva expusieron a que se sometiera a votación la colocación de una antena telefónica, argumentando que traería beneficios a los ejidatarios.
 
En la votación que llevaron a cabo, de 200 ejidatarios presentes 85 votaron a favor de la instalación de la antena y la mayoría no fue tomada en cuenta – violando las estipulaciones que rigen las asambleas ejidales de acuerdo a la Ley Agraria. Posteriormente, se declaró que la votación fue a favor de la instalación de la antena y se desaparecieron casi todos los documentos legales de dicha asamblea.
 
Después de ese hecho, se llevó a cabo un proceso de difundir información detallada a los ejidatarios y posesionarios sobre los efectos adversos que causaría dicha antena de telefonía celular en cuanto a la salud de las personas que viven cerca si se llegase a conectar. Hemos investigado que las antenas emiten rayos electromagnéticos que pueden causar efectos serios incluyendo enfermedades cancerígenas tales como leucemia, además del fenómeno de electrohipersensibilidad que incluye dolor de cabeza, fatiga, debilidad, depresión, pérdida de memoria, irritabilidad, mareo, problemas dermatológicos y cardiovasculares. Estos efectos han sido descritos ampliamente en estudios internacionales y reconocidos por la Organización Mundial de Salud. De hecho, la misma OMS ha recomendado que las antenas de telefonía celular no se deben de instalar dentro de un radio de 500 metros de distancia de zonas de vivienda y convivencia humana. En el 2012, El Grupo de Trabajo BioInitiative, un conjunto de científicos y médicos, publicó su análisis de una revisión de más de 1800 estudios científicos examinando los efectos adversos de los campos electromagnéticos en los cuales se encuentra la radiación emitida por torres de telefonía celular. De acuerdo al comunicado de prensa emitida por el grupo en enero del 2013, la exposición a ese tipo de radiación causa un aumento considerable en el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cánceres. Por lo mismo contamos con una carta de apoyo de 30 profesionales de la salud a nivel regional, nacional e internacional que piden el cumplimiento de nuestra exigencia del desmantelamiento de la antena, “En pleno acuerdo con la definición de salud establecida por la OMS (el estado de bienestar físico, mental y social completo y no solo la ausencia de enfermedad).” Además de la salud de los seres humanos, este tipo de radiación también causa efectos en la flora y la fauna, punto importante para nosotros ya que somos campesinos y nuestra forma de vida y sobrevivencia tiene una relación íntima con la integridad de la naturaleza.
 
El 6 de diciembre del 2009, se llevó a cabo una nueva asamblea, cumpliendo con los lineamientos de la Ley Agraria, en la cual la mayoría votaron en contra de la instalación y activación de la antena. Para hacer respetar la decisión de los afectados, comenzamos nuestra lucha que ha incluido hasta la fecha movilizaciones y manifestaciones en la presidencia municipal, solicitudes de intervención por parte de las autoridades municipales y de la procuraduría agraria así como la difusión de nuestras exigencias a través de los medios de comunicación y las organizaciones sociales para que la sociedad mexicana también se de cuenta de la manera ilegal en la cual está actuando la empresa. Hasta ahora, por la misma movilización y esfuerzo de los afectados, se ha logrado parar la activación de la antena, sin embargo persiste la torre en nuestro territorio, y persisten las presiones y amenazas constantes por parte de los representantes de la empresa. Estas presiones han tomado forma de intimidación directa, demandas legales en contra de algunos ejidatarios y ofertas de dinero a cambio de capitular la oposición.

Hoy en día seguimos en pie de lucha y mantenemos firme nuestro rechazo rotundo y seguimos exigiendo enérgicamente que sean respetados nuestros derechos como pueblos originarios. Sabemos que sin la autorización de la mayoría de la población afectada además de los efectos en nuestra salud, la instalación y activación de la antena viola los artículos 2, 4, y 26 de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos; así como los artículos 2, 4, 6, 7, 13, 14, y 18 del convenio 169 de la OIT y la Declaración de Rio de Janeiro sobre el medio ambiente la cual México firmó en el 1992. El principio 15 de dicha declaración, el llamado principio de precaución, establece que “cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente”.

Contamos con 750 firmas de los principales afectados que vivimos alrededor de la antena y de los docentes y alumnos de una escuela que está cerca de la antena. También nos respaldan los compañeros de la Promotora de Derechos Humanos de la Sierra de Zongolica, Olohkan Tomochiwalis en nuestra lucha.
Con el apoyo de la gente y de las leyes, las autoridades deben y tienen que darle prioridad a la población, porque la tierra es de quien lo habita y lo trabaja. Ningún presidente municipal, empresa o autoridad ejidal está por encima de las leyes y la soberanía de un pueblo.

Atentamente: Los campesinos ejidatarios y posesionarios inconformes del Ejido San Juan del Río.
Comunidad de San Isidro, Ejido de San Juan del Rio, Municipio de Rafael Delgado a 17 de junio de 2013.